Vidas de papel (fragmento)
El viejo me alcanzó el mate y mientras lo tomaba, preguntó: - Entonces, como está? Di el último sorbo, con ruidito. - Está bueno. - No, no el mate. Usted. - mientras me señalaba con el dedo. - Ah. Bien, bien. Puso cara de fastidio. Cebó un mate para él mientras deslizó: - Que triste. Lo miré sin comprender a que se refería. Quizás no me había entendido. - Le dije que estoy bien. - Y yo dije: que triste. - y me miró a los ojos para que no quedara duda. Luego volteó a ver el mar. - Disculpe pero no entiendo. Le digo que estoy bien y a Ud eso le parece triste? Dándome la espalda, repuso: - Lo triste mi amigo, es mentirse a uno mismo. - Usted dice que miento? Me está llamando mentiroso? - repliqué indignado. - Dígamelo usted. Le pregunto nuevamente: como está? Hablaba con una tranquilidad que contrastaba con mi estado de ánimo. Eso me enojaba aún más. Ofuscado respondí: - Ya le dije que bien. Pero que importa si usted no me cree. Sentía bronca por aq