Los días felices
No,
ya se que no
volverán los días
felices.
Pero es que
a veces siento
el peso de la vida
que empuja,
con su piedra de silencio,
sobre mi espalda.
Y cuesta tanto
mantener en pie
este árbol
que se inclina,
se sacude,
se desgaja
y quiebra
con cada golpe
de tiempo.
Comentarios
Publicar un comentario